lunes, 27 de octubre de 2014

La leyenda de los leprechauns

¡Buenas a todos! Ya vuelvo a dejarme caer por aquí; espero que os esté yendo todo muy bien ^^
¿A quién le apetece escuchar (más bien, leer) sobre otra leyenda? ¿Y si es irlandesa? Me encanta Irlanda, tan verde, tan lluviosa, tan misteriosa... *-*

Pues bien, ésta es una leyenda celta  o irlandesa muy común, supongo que todos habréis conocido alguna vez a los leprechauns. No literalmente ¿o sí? xD. Y si no, ahora los conoceréis :D Son esos seres o duendecillos bajitos, pelirrojos, con una poblada barba, vestidos con un traje y sombreros verdes con botones y hebillas plateados, fumadores (espera, ¿no serán hobbits? xD) y que habitan en los bosques de Irlanda o los anillos de hadas. Ésta es la imagen típica de estos seres, pero según la mitología celta, también se les puede encontrar vestidos de azul, marrón o rojo.

Todos los leprechauns son hombres, y bastante solitarios, muy aficionados a la pipa, la bebida, y, por supuesto, el oro. Se trata de criaturas muy bromistas y traviesas, siempre dispuestas a gastar bromas.
Son excelentes zapateros, por lo que siempre van muy bien calzados; gracias a su gran habilidad para trabajar los zapatos de cuero, amasan una fortuna en monedas de oro (que guardan celosamente), por lo que, cómo no, son muy conocidos por sus famosas ollas de oro ocultas al final del arco iris. Otra de sus peculiaridades es su mala relación con otras criaturas féericas, como las hadas, a las cuales, por encargo, siempre les confeccionan un sólo zapato, nunca un par completo.


Cuenta la leyenda que, un viajero que pasaba por un bosque, oyó sonoros martillazos en su interior; al acercarse hasta la fuente del ruido, descubrió quién los producía: un leprechaun. Curioso, el viajero entabla una conversación con el leprechaun, todo palabras amables y simpatía. Entonces, el viajero, conociendo la gran riqueza de los leprechauns, le pregunta por la olla con monedas de oro, a lo cual toda la amabilidad del leprechaun se transforma rápidamente en recelo y un gran enfado, negando tener dicho oro. Mientras, y por todos los medios, el leprechaun intenta distraer al viajero para poder escabullirse.
De esta manera, el leprechaun recurre al viejo truco de inventarse enjambres imaginarios o árboles a punto de desplomarse; en estos casos, el viajero aparta su mirada del leprechaun, oportunidad qué este último aprovecha para esfumarse. Pero si el viejo truco no da resultado, el leprechaun dispone de otros as en la manga: volviendo a su faceta bonachona, le entrega al viajero una bolsita de monedas de oro para apaciguar su avaricia y que, así, se olvide de la olla. Sin embargo, pasado un tiempo, el oro de la bolsita se convertirá en cenizas o desaparecerá y volverá a manos del leprechaun.


Otra de las leyendas cuenta que un granjero, arando sus tierras, descubrió a un leprechaun por allí; acto seguido,
le capturó e interrogó acerca del oro que éste escondía. Entonces, deseoso por escapar, el leprechaun le contestó que guardaba el oro enterrado bajo un arbusto cercano; y, el granjero, al aproximarse, descubrió que a su alrededor había miles de arbustos similares. Así, el granjero señalizó el arbusto atando un calcetín suyo a una ramita del arbusto.
Ya de camino hacia su granja para buscar una herramienta para cavar, el leprechaun, que seguía prisionero, le dijo al granjero que ya no le necesitaba para nada y que podía liberarle, puesto que ya había revelado la ubicación del oro. De este modo, el granjero le puso en libertad, no sin antes hacerle prometer que, al escapar, ni le quitara el oro ni el calcetín, pues conocía la fama de los engañosos leprechauns.
Aun así, cuando el granjero volvió al arbusto, descubrió que el resto de los arbustos también tenían un calcetín rojo atado a sus ramas; sin embargo, el leprechaun había cumplido su promesa.


Para terminar, os diré que a los leprechauns también se les suele relacionar con San Patrick (o San Patricio, el patrón de Irlanda), pues es por las fechas en las que se celebra esta festividad cuando más se dejan ver los leprechauns, de acuerdo con las leyendas. Además, suelen asociarse con los tréboles de cuatro hojas y la buena suerte.
En el norte de España también se deja notar la cultura celta, por lo que estas criaturas son similares a los trasnos (Galicia) o los trasgos o trasgus (Asturias, Cantabria o León).


¿Os ha gustado esta leyenda? Yo había cosas que no sabía de los leprechauns, aunque la gran mayoría sí, me gustan mucho estos duendecillos ^^
Si vais a Irlanda, disfrutad de sus bellos, preciosos y espectaculares paisajes, pero, ya sabéis, cuidado con las bromas de los leprechauns y cuidaros muchos de hacerles enfadar ;D


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