martes, 25 de septiembre de 2012

Reseña La llave del destino (Glenn Cooper)

Título: La llave del destino

Autor: Glenn Cooper

Saga: Libro único

Editorial: Grijalbo

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta

Precio: 20,90 €

Número de páginas: 389

Sinopsis: Una gruta prehistórica que oculta un fabuloso secreto milenario. Un pueblo inquietante donde nadie es lo que parece. Un mapa antiguo que nos lleva hasta el mayor tesoro que se puede poseer.
¿Qué estarías dispuesto a hacer para conocer el secreto de la eterna juventud? ¿Puede un milagro convertirse en una maldición?

Opinión personal: En esta historia nos encontramos a Luc, el personaje principal; de profesión, arqueólogo y profesor. También conoceremos a Sara, miembro de su equipo, y a Hugo, quien dirige un negocio de restauración de textos. Tendrán que lidiar con el carácter de la familia Bonnet y, en general, todo el pueblo de Ruac (Francia), además de Gatinois, un general que se mantiene en la sombra.


Pero no son los únicos personajes importantes, ya que el desarrollo de la historia es más complejo. De manera que también aparecerán en escena Bartolomé, Abelardo, Bernardo y otros monjes medievales, así como Tal, Mem, Tala y varios neandertales.
Todos ellos se ven envueltos en un gran hallazgo, fruto del azar y/o el destino, pero en distintos tiempos. Por ello, las interpretaciones y conductas de cada uno serán diferentes.



Los personajes son bastante normalitos, no nos encontramos nada del otro mundo; no destacan por una personalidad memorable. Son seres humanos con pasiones y movidos por sus ambiciones personales y profesionales. Aunque quizá los más destacables sean los pertenecientes a las tramas pasadas (por la distinta forma de expresarse, por su actitud...).

Un punto en contra de Luc es su… ¿ingenuidad? No sé, si yo hiciera un descubrimiento de tal magnitud y al poco tiempo empezaran a suceder las cosas que ocurren, como mínimo sospecharía. Como mínimo. A la mitad del libro todavía no hay ni un mísero pensamiento de sospecha, ¡ni uno!



La narración es en 3ª persona. Hay bastante acción, pero los acontecimientos no se desarrollan precipitadamente, todo lo contrario, el ritmo es fluido. Aun así, en algún momento,
He notado que los pensamientos de los personajes no están indicados de alguna forma, ya sean cursivas o comillas. Esto hace que sea un poco difícil ubicarlos, a no ser que vengan seguidos de un “pensó”. Es un poco chocante pasar de la voz del narrador a la voz interior del personaje sin ninguna indicación.
 

Como ya viene siendo habitual en el estilo de Glenn Cooper, los capítulos se alternan entre los bandos del libro, es decir, el peso de la narración cae sobre los protagonistas del presente y cada X capítulos aparece un capítulo que avanza en la parte de la historia de los antagonistas.
Y, por supuesto, también se incluyen los capítulos relativos al pasado. Pero no por ello la lectura se hace más complicada o difícil de seguir, sino todo lo contrario, que la dota de un dinamismo mayor, entrelazando todos los hilos hasta que al final confluyen, formando un todo.

En este caso, tenemos dos pasados: la Edad Media y el Paleolítico Superior. En éste último no hay diálogos, sólo pensamientos, expresados de forma indirecta. Me explicaré mejor: “Tal creía que…”, “Luego se imaginó cómo podría…”
 


El lenguaje varía, acorde con la época en que se desarrolle la acción. Gracias a esa variedad, aumenta la riqueza de la historia y nos permite sumergirnos mejor en ella.
Por lo general, es un lenguaje directo. Hay bastantes descripciones y algunos tecnicismos científicos. Nada irremediable, puesto que todo aquello que necesita una explicación para los menos entendidos, la tiene.

Algo que me ha llamado bastante la atención ha sido el detalle a la hora de describir la cueva y las pinturas, al igual que las técnicas que utilizaron Tal y sus iniciados para representarlas; parece que puedas tocarlas con tus propias manos.



Respecto al final, aunque cerrado, el epílogo te deja con esa sensación de: ¿de verdad es el final? Es algo que me gusta bastante, ofrece posibilidades y lo deja todo a la imaginación; en ese sentido, podría considerarse un final abierto. Es un buen final porque, en el fondo, nada termina para siempre.
Por ahora es libro único y de momento no parece que vayamos a poder disfrutar de una secuela; aunque de publicarla, creo que en esencia sería la misma historia pero con otros personajes diferentes.



En resumen, La llave del destino es una lectura entretenida y detallada, pero no perfecta, en la que poco a poco pequeñas piezas dispersas van encajando hasta completar el puzle; un puzle por el que unos matarían y otros temerían; un puzle que, cuando parece completo, aparece una nueva pieza. Un puzle interminable.

1 comentario:

  1. Pues no lo conocía, pero no tiene mala pinta, pero no sé si lo leeré ^^
    Besos

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