Autor: Antoine de Saint-Exupéry
Saga: Libro único
Editorial: Salamandra
Encuadernación: Tapa blanda
Precio: 5,95 €
Número de páginas: 96
Sinopsis: Viví así, solo, sin nadie con quien hablar verdaderamente, hasta que tuve una avería en el desierto del Sahara, hace seis años. Algo se había roto en mi motor. Y como no tenía conmigo ni mecánico ni pasajeros, me dispuse a realizar, solo, una reparación difícil. Era, para mí, cuestión de vida o muerte. Tenía agua apenas para ocho días. La primera noche dormí sobre la arena a mil millas de toda tierra habitada. Estaba más aislado que un náufrago sobre una balsa en medio del océano. Imaginaos, pues, mi sorpresa cuando, al romper el día, me despertó una extraña vocecita que decía: "Por favor... ¡dibújame un cordero!".
Opinión personal: Tras abandonar su pequeño planeta, el pequeño principito emprende un viaje por distintos y variopintos planetas, conociendo a sus distintos y variopintos habitantes, hasta que, finalmente, llega a la Tierra. Allí, en el desierto del Sahara, conocerá a un aviador extraviado, con el que compartirá sus experiencias, haciéndole partícipe de su historia.
El principito. Uno de los clásicos más conocidos y con mayor difusión. Si me preguntáis, una obra con una emotividad enorme. El principito era uno de los libros seleccionados para cumplir el reto de Los niños perdidos; ya es la segunda vez que lo releo y he vuelto a disfrutarlo, como niña y como no tan niña (Además, me siento orgullosa de poder decir que sigo viendo una boa. Quien lo haya leído, me entenderá). El argumento nos relata un fragmento real de la vida del propio autor: el accidente aéreo en África. A partir de ahí, el resto queda a la imaginación.
Éste es un libro dirigido a los niños, una obvia crítica a los adultos serios y "razonables" que han olvidado que una vez vieron y entendieron el mundo de otra manera.
Pero cuando lo lees siendo niño, simplemente se trata de una historia cortita, amena, entretenida y que te deja buen sabor de boca; nada del otro mundo. Cuando lo lees siendo más mayor... Es entonces cuando captas un montón de matices que hasta entonces se te escapaban.
Dentro de la originalidad y fantasía que contiene la historia se oculta una verdad común a todos los seres humanos: crecer. Crecer y olvidar a nuestro niño interior. Esta historia nos recuerda que una vez fuimos niños y que, a veces, ese niño vuelve para recordarnos que sigue ahí, que no le olvidemos. Que no le abandonemos para siempre.
Por este motivo, El principito te hace reflexionar sobre tus propias experiencias, sobre si tú has olvidado a ese niño, o si a veces le oyes.
La edición está muy cuidada, ya contiene muchas ilustraciones creadas por la mano del propio autor, con pies de fotografía. Aparte de agilizar y amenizar la lectura, a través de ellas contemplamos el mundo tal como lo veía el autor. En ocasiones, tener esta guía visual nos ayuda a imaginarnos mejor ciertas partes de la historia, como la famosa ilustración de las boas.
Respecto a los personajes, destacan principalmente el autor y el principito. El autor es un adulto racional y comprensivo que poco a poco se va dejando encandilar por el principito, un niño muy curioso que ve el mundo de manera muy distinta, más infantil (irónicamente, de forma más madura que algunos adultos que conoce), y cuyo objetivo es regresar a su planeta de origen.
Sin embargo, no son los únicos personajes. También aparecen otros personajes (algunos de ellos claramente estereotipados), por ejemplo, la flor, el rey, el bebedor, el hombre de negocios, el farolero... todos ellos habitantes de distintos planetas que visita el principito. Finalmente, en la Tierra, el principito conocerá a un zorro que le influirá enormemente.
En cuanto a la narración, se realiza en 1ª persona del pasado. Es el mismo autor el que relata la historia, dirigiéndose a todos los niños e intercalando en algunos paréntesis pequeños comentarios sobre lo que va narrando.
Los capítulos que componen la historia son muy cortos, y los primeros son muy introductorios; posteriormente, da comienzo la historia. Poco después, se relatan acontecimientos pasados hasta que la historia del principito vuelve al presente, y de ahí, la trama conduce al desenlace.
El lenguaje utilizado es muy sencillo y cercano, ya que el autor, tanto como escritor como narrador, se dirige a los niños. Las frases y diálogos son muy cortos y directos, sin contemplaciones o datos insustanciales, y valiéndose de muchos puntos suspensivos para dejar ciertas frases en el aire. A veces se vuelven a mencionar aspectos ya explicados, pero no se trata de nada repetitivo, sino simplemente de un recordatorio.
Además, está caracterizado por un tono melancólico en bastantes momentos, o quizá no sea eso exactamente. El caso es que te deja con una sensación de añoranza y de que deberíamos valorar más algunas cosas.
El ritmo es extremadamente ágil, es un libro que apenas se lee en un par de horas. En realidad, poco más hay que decir del ritmo, tampoco se trata de un libro tan extenso como para poder aportar algo más en este sentido.
Como se trata de un libro autoconclusivo, el final es cerrado. En especial, la última página invita a la reflexión y te deja con cierto sabor nostálgico, preguntándote si tú te encuentras en la misma situación (metafóricamente hablando).
En conclusión, El principito es una lectura fácil y muy entretenida con un protagonista muy especial, único. Un libro que nos hace reflexionar o plantearnos pequeños detalles que de otro modo no nos plantearíamos, y que nos recuerda que todos tenemos un principito esperando a ser escuchado.
El libro es taaaaaaaaaaaaaaaan tierno. Lo leí a una edad muy avanzada - a los 16/17 años - y creo que fue lo mejor: así pude leer todos los sentimientos y metáforas que abarca y la delicadeza que transmite. Aunque parezca un libro infantil, ¡No lo es! :)
ResponderEliminarYo aun no lo e leido,pero no creo que tarde porque me lo compre este finde semana pasada en una feria del libro.
ResponderEliminar