Reseña El juego infinito (James Dashner)

Título: El juego infinito

Autor: James Dashner

Saga: La Doctrina de la Mortalidad 1/3

Editorial: Montena

Encuadernación: Tapa blanda con solapas

Precio: 16,95 €

Número de páginas: 348

Sinopsis: Michael es un hacker de Red Virtual, el adictivo juego de realidad virtual que arrasa entre los adolescentes. Allí tiene amigos de verdad: Sarah y Bryson, y gracias a su capacidad para manipular la tecnología y saltarse las normas pueden exprimir al máximo la plataforma y vivir experiencias al límite. Sin embargo, la diversión acabará cuando el gobierno dé alcance a Michael... Su objetivo: que les ayude a detener a un jugador sin identificar que está sembrando el pánico en la red.

Opinión personal: La vida de Michael y, sobre todo, su actividad dentro de la Red Virutal, dan un cambio radical cuando la Seguridad de Red Virtual se pone en contacto con él y le encomienda una misión: localizar, dentro del juego, a Kaine, un jugador que se ha convertido en un ciberterrorista. Para ello, Michael y sus amigos deberán hallar la Senda, un camino a modo de cortafuegos (impuesto por el mismo Kaine), seguirla y llegar hasta el Desfiladero consagrado, lugar secreto en el que se esconden Kaine y su inquietante programa: la Doctrina Mortal, prioridad para el gobierno. Pero, según se suceden los escenarios y pruebas de la peligrosa Senda, la misión de Michael deja de parecer tan clara, sobre todo los motivos y explicaciones, tanto por parte del gobierno como de Kaine.

En cuanto vi que James Dashner, autor de la trilogía El corredor del laberinto (trilogía que, decir que me fascinó, es quedarse muy corto) publicaba una novela que, parecía poseer características similares a su anterior trilogía, no me lo pensé dos veces: tenía que leerla sí o sí. Y cuando leí la sinopsis, lo confirmé. Sin embargo, no ha resultado ser como esperaba, incluso en algún momento ha llegado a decepcionarme un poco; aunque puedo decir que, al final, me ha dejado buen sabor de boca.

Nos encontramos ante una primera parte de trilogía ambientada en un entorno virtual muy avanzado  y desarrollado tecnológicamente: la Red Virtual supone una red de programación a base de simulaciones conectadas directamente con el organismo. A pesar de que el autor nos cuenta el funcionamiento de la Red y el acceso de los jugadores, no se centra absolutamente nada en el mundo real, ni en la sociedad creadora de la Red; nada. Es algo que he echado en falta, y, aunque la trama se desarrolle principalmente dentro del juego, sí habría dotado a la novela de mayor realismo y profundidad el conocer algo más allá de los códigos. Punto negativo.

Desde el primer momento, ya se introducen mucho misterio e intriga, que variarán a lo largo de las páginas y lograrán descolocar al lector y hacerle dudar bastante. ¿Cuál es la verdad, o la realidad de la misión? ¿Por qué hay algunas incoherencias? De estas "incoherencias" (ejemplo: gobierno que necesita desesperadamente y sin apenas explicación la ayuda de un adolescente cuando ya tiene a otros equipos inmersos en la misión), al igual que de la falta de perspectiva respecto al mundo real, he de decir que tienen parte de lógica, y conoceremos los motivos (¡por fin!) al final de la novela. Punto positivo.
Siguiendo con lo que comentaba, además, esta novela cuenta con bastante dosis de acción y, a medida que se desarrolla, crecen el interés y el suspense por descubrir la verdad.

Como ya he dicho, la trama se centra en la Red Virtual, también llamada, Sueño, un juego de simulaciones (cualquier escenario o entorno) por ordenador en el que cada nivel se vuelve más realista e intenso. Cuenta con distintos juegos, por ejemplo, Sangre vital o Demonios de la Destrucción, ambos importantes para el hilo argumental. En cuanto a la Senda, se trata de un entorno camuflado en lo más profundo de la Red, completamente distinto y espeluznante según los personajes se adentran en ella; los diversos entornos que contiene son un gran punto a favor de la trama.
Pero, además, el juego cuenta con seguridad, la Seguridad de la Red Virtual (SRV), encargada de asegurar el correcto funcionamiento de la Red y la integridad de todos sus jugadores, algo que Kaine está anulando gracias a su Doctrina de la Mortalidad, rodeada de misterio.

Por último, decir que los jugadores son completamente conscientes dentro de la Red Virtual, es decir, son capaces de distinguir el mundo virtual del mundo real gracias a un núcleo o chip codificado, que separa ambos mundos en sus mentes, y, aparentemente, imposible de anular.

Otro aspecto que no me ha gustado del libro ha sido la relación que surge entre Michael y Sarah: también me ha parecido forzada, incluso precipitada, pues no se dan muchas muestras de cariño más allá de la amistad y parece que surge de la nada. No es realista.
Añadido a esto, ya he mencionado las pequeñas "incoherencias", así como que los personajes principales acepten la misión con suma diligencia y seriedad, apenas considerando otros aspectos. Afortunadamente, muchos de estos datos, en apariencia caóticos o sin mucho sentido, convergen al final y ofrecen mayor sentido a la historia, solventando, en parte, algunos de estos fallos.

En cuanto a los personajes, decir que han sido lo más flojo de la novela. Me han resultado planos y poco desarrollados y definidos, no se les presta demasiada atención, sino que se limitan a desarrollar su función como personajes y avanzar en el hilo argumental (con algunos momentos heroicos muy forzados y fuera de lugar, dicho sea de paso).
Michael es un buen hackeador que aspira a convertirse en el mejor de Red Virtual. Disfruta viéndose inmerso en el juego y, al igual que muchos otros jugadores, desea acceder al siguiente nivel del entorno de uno de los juegos más populares: Sangre vital. Pero, por encima de todo, valora el contacto "humano" además del ficticio.
Sus mejores amigos, Sarah y Bryson, disfrutan tanto como él de las experiencias virtuales; además, también son buenos hackeadores. Algo curioso es que los tres nunca se han conocido en persona, únicamente a través de la Red Virtual. Sarah es muy tranquila, serena y solemne (a veces, demasiado), mientras que, Bryson, es muy mordaz y algo insolente, pero un buen amigo.

No hay demasiados personajes, aparte de los tres principales, sobre los que recae el desarrollo del argumento. Aun así, el resto de personajes, sí son dignos de mención, sobre todo el antagonista, Kaine, un ciberacosador y ciberterrorista manipulador cuyos grandes y reservados planes cambiarán el mundo (tópico donde los haya). Para ello, Kaine se ayuda de los KillSims, unas feroces criaturas virtuales que actúan como antiprogramadores, destruyendo para siempre la identidad virtual de los jugadores.

Finalmente, tenemos a Gunner Skale (el mejor jugador de la Red, desaparecido en los niveles más complejos del juego, y buscado por muchos jugadores, sin éxito) y a la agente Weber (miembro de la SRV y quien solicita la ayuda de Michael, sin aceptar una negativa como respuesta).

La narración está realizada en 3ª persona del pasado, siguiendo el punto de vista del protagonista, Michael. Por lo demás, la narración no destaca, es muy sencilla y simple: no incluye pensamientos, flashbacks o algún elemento de este tipo, sino que se trata de la mera sucesión de acontecimientos.
El libro se compone de capítulos más o menos no muy largos y divididos en varias "secciones" numeradas, casi como si constituyeran escenas, aunque no siempre se da el caso.

El lenguaje es bastante sencillo, directo y austero; no se centra en florituras ni es muy elaborado. Así, las descripciones tampoco resultan excesivas o profundas, pero sí son concisas y describen el entorno de manera adecuada para poder hacernos una idea global.
Además, encontramos cierta terminología tecnológica en referencia a la Red Virtual y el mundo que propone y plantea el autor, sin ser un impedimento para la lectura: audiopad, neurocable, núcleo, tangente, aura, etc.

Por otro lado, el ritmo es bastante ágil, la acción va al grano y las escenas se suceden rápidamente pero no de manera precipitada, deteniéndose más en algunas de ellas. El misterio y la cantidad de datos que cuadran o descuadran a lo largo de la trama, te hacen seguir leyendo, a la par que los escenarios virtuales varían continuamente.

Del final, tengo que decir dos cosas: por una parte, la revelación acerca de la Doctrina de la Mortalidad no es nada original, ya que es algo que ya se ha visto bastante en literatura y cine. Pero, al mismo tiempo, hay otra revelación totalmente impredecible y que, creo, que dejaría a todo el mundo impactado. El autor ha vuelto a conseguir dar un giro tan inesperado que le da un enfoque completamente distinto a la trama (empezaba a preocuparme no encontrar nada de esto en la novela, pero por suerte ha sido así. Echaba de menos el estilo del autor sobre esta cuestión). Eso sí, las últimas líneas me han dejado con la sensación de necesitar saber más acerca de esta nueva perspectiva, como si no fueran suficientes los datos aportados y quedaran "pequeñas lagunas".
Es un final muy abierto y que me ha dejado con unas ganas increíbles de continuar esta trilogía, cuya segunda parte se titula, en inglés, The rule of thoughts.

Resumiendo, El juego infinito es una novela que, si bien no destaca por sus personajes, sí lo hace por su final y el giro de la trama, centrada en la realidad virtual. Supone un comienzo de trilogía con un desarrollo mejorable pero con bastante potencial y una sucesión de escenarios digitalizados muy variopintos e interesantes.