¡Hola, hola! ¿Qué tal todos? He estado un poco desaparecida por aquí, y puede que lo esté un poco más (¡espero que no!), pero intentaré sacar tiempo para el blog también (esto de la falta de rutinas te desorganiza la vida en este sentido...).
¿Qué tal la Semana Santa? La mía ha sido COMPLETAMENTE ESPECTACULAR y se lo debo sólo a una persona *-* ^^ :D Espero que la vuestra también haya sido digna de mención y lo hayáis pasado genial.
Vaya, se nota que llevaba tiempo sin escribir por aquí, cómo me enrollo xD
Bueno, la entrada de hoy es otra para la sección de leyendas; quería haberla publicado al menos hace una semana, peeeeeroooo... ya sabéis, se acercan las vacaciones, algo de pereza, una pizca de vaguería... En fin, que lo dejé un poco de lado.
Da igual, en tal caso, ahora podéis leerla, además, fijo que la conocéis, segurísimo ;) Se trata de una de mis leyendas favoritas, El aprendiz de brujo, e, investigando un poco, he descubierto que está basada en un poema sinfónico compuesto por Paul Dukas, el cual se basa en una balada homónima de Goethe.
Y ahora viene lo que ya conocemos todos, imagino. Fue la película de Disney, Fantasía, la que popularizó esta leyenda. ¿Quién no recuerda a Mickey Mouse, las escobas y los cubos de agua? Además, la versión de esta película resulta ser muy fiel a la historia original del poema, cosa que me encanta.
Aun así, lo resumiré brevemente. Cuenta la leyenda que un aprendiz de brujo era el encargado de realizar algunas de las tareas domésticas para su maestro, un consagrado hechicero. El aprendiz debía cargar un cubo de agua, varios, en realidad, para rellenar una pila o fuente, y así, poder limpiar el estudio de su maestro. Era una ardua y tediosa tarea, mientras que el hechicero practicaba su magia.
En cambio, cuando el maestro abandona el estudio, el aprendiz aprovecha inmediatamente para practicar algo de magia sin que él se entere. De este modo, el joven brujo hechizó una escoba para que realizara su labor, transportando por él los cubos de agua. Todo transcurre a la perfección, hasta que la pila comienza a rebosar; pero la escoba sigue cumpliendo fielmente la labor que le ha sido encomendada. Desesperado por no poder recordar el conjuro, el aprendiz destroza la escoba para romper la magia que había creado.
Sin embargo, los trozos restantes de la escoba vuelven a cobrar vida, dando lugar a múltiples escobas que continúan llevando cubos repletos de agua a la fuente, inundando el estudio del maestro. El joven brujo no da abasto y es incapaz de revocar el hechizo o paliar los daños. La escena sigue desarrollándose, con un ejército de escobas empeñadas en realizar su trabajo cueste lo que cueste, pero, afortunadamente, el maestro irrumpe en el estudio antes de que éste se inunde por completo y logra poner fin al hechizo.
Y hasta aquí la leyenda. Lo que os decía, conocidísima, y me encanta ^^ Aquí os dejo el fragmento de la película de Disney que hace alusión a la leyenda; además, ¡la melodía es muy muy pegadiza!:
Como curiosidad, la película del mismo nombre, protagonizada por Nicholas Cage, también se ha basado en esta leyenda, aunque por supuesto se trata de una versión más libre.
Bueno, ¿qué os ha parecido? ¿Os gusta esta leyenda? ¿Conocíais su historia? ¡Contadme! :D
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