Hola hola. "¿Qué es esto?", diréis. ¿Alguien se acuerda, le suena? ¿Sí? ¿No? Os refrescaré la memoria. Antes de irme de vacaciones pensé que podría darle algo más de vidilla al blog. Así que se me ocurrió hacer una especie de sección de recomendaciones.
Pero no simples "recomendaciones", sino libros o sagas que he leído y me han gustado mucho y considero que no han tenido el tirón suficiente o que son "poco conocidas" en comparación con otras (que lo mismo sí conocéis alguna de las que ponga, todo es equivocarse ^^'); por eso me gustaría darlas un poco más a conocer aquí, esperando que, si las leéis, las disfrutéis tanto como lo hice yo ^^
Et voilà. ¡Bienvenidos a ¿Conocías...?! :D
Os dejaré las portadas y sinopsis pertinentes (con cuidado por si hay spoilers) y os resumiré lo más breve que pueda lo que considere oportuno de la/s novela/s, en general. Ojo, NO es una reseña.
Dicho esto, vamos al lío. Empezaré con la trilogía de Bartimeo, obra de Jonathan Stroud. La serie se compone por tres títulos (El amuleto de Samarkanda, El ojo del Golem y La puerta de Ptolomeo) y una precuela (El anillo de Salomón); ésta última no tan buena como la trilogía, en mi opinión, pero también recomendable.
Todo empezó aquel fatídico día en que un niñato escuálido y tembloroso se atrevió a invocarme a mí, ¡yo, el mismísimo Bartimeo, espíritu privilegiado donde los haya, genio para muchos, diablo para unos pocos! A pesar del tartamudeo de su voz y del sudor que le empapaba, su orden no pudo ser más clara: tenía que robar el amuleto de Samarkanda a Simon Lovelace, uno de los hechiceros más poderosos y temidos de Londres... ¿Quién era ese mocoso mequetrefe que se atrevía a darme semejante orden? Y, ¿por qué querría el amuleto?
En cuanto vi que Nathaniel volvía a invocarme, supe que algo no iba bien. La primera vez que osó molestarme tuve que ayudarle a robar el amuleto de Samarkanda. ¿Qué querrá esta vez? Parece ser que el niño tiene algún que otro problema: en Londres medio barrio de Picadilly ha sido destruído y le han dado seis semanas para descubrir al culpable. ¡Qué pereza! Con lo bien que estaba yo tomando el sol. ¿Por qué me hará trabajar? ¿Por qué no invocará a un espíritu inferior? En fin, no puedo negarme, pero eso sí, hemos llegado a un pacto: seis semanas, sólo estaré seis semanas a su servicio, yo después me piro...
AVISO: POSIBLES SPOILERS: ¡Pobres magos! ¡Qué penita dan! Ya nadie los respeta ni cree en ellos. Pero se lo tienen bien merecido. Siempre tan creídos, siempre tan arrogantes, siempre pidiendo más y más... Mirad si no lo que han hecho conmigo: hace doscientos años era un demonio todopoderoso; pero desde que conocí a Nathaniel todo me ha ido de mal en peor: primero me hizo robar el amuleto de Samarkanda, después me las vi con un temible Golem y ahora me pide que descubra dónde se esconde un mago de tres al cuarto... Por Satanás, ¡qué bajo he caído! Lo único que me consuela es que me ha jurado que, después de este trabajillo, me dejará descansar...
¿Qué hace un genio como yo convertido en un vulgar esclavo? Antes era poderosísimo y miradme ahora: en pleno siglo X antes de Cristo y a las órdenes del cretino de Khaba. Me paso los días recolectando alcachofas (pero sólo las más bonitas) o picando hielo de las montañas para que los sorbetes del rey estén bien fresquitos. Y todo porque mi amo tiene miedo de un arito de oro. Bueno, en realidad es el anillo mágico de Salomón, rey de Jerusalén. Con él puesto es capaz de invocar ejércitos enteros de espíritus malvados y de amenazar a los hechiceros, reyes y guerreros para que le ofrezcan sus servicios y riquezas. Parecen todos perritos falderos. Por suerte, he conocido a Asmira, una niñita muy espabilada (¡utiliza las dagas como un demonio!) a quien la mismísima reina de Saba ha encomendado una misión secreta. Cuando me la camele, seguro que podremos conseguir muchas cosas.
Esta serie de novelas nos sitúa en la Londres del siglo XX (años veinte, aproximadamente), y tiene como protagonista a Bartimeo, un genio/demonio/espíritu/ muy impertinente, junto con un joven hechicero, Nathaniel. En resumidas cuentas: los demonios están a la orden del día y son esclavos al servicio de los hechiceros (todos ellos personas de altos cargos), obligados a hacer su voluntad. Aquí entran en juego las intrigas políticas, presentes en la trama, de las que la pobre plebe no tiene ni idea, ya que ellos no saben nada de magia o si existe siquiera.
Uno de los puntos destacables de estas novelas es el sarcasmo. ¡Sarcasmo a tutiplén! Pero no el sarcasmo marca Jace Wayland (adoro a Jace, que conste), sino un sarcasmo más... ¿sarcástico? y menos adolescente.
Pero lo que hace única a esta trilogía (y a la precuela) son... las notitas a pie de página. Sí, pequeñas notitas explicativas como las que leíamos en algunos libros que nos mandaban leer en el instituto. Estas notas forman parte de la narración y se incluyen sólo en los capítulos narrados por Bartimeo, pues esas notitas son comentarios random suyos sobre la marcha o alguna aclaración, descripción ,etc. Cada vez que aparezca un numerito, ¡a leer la nota! Son una delicia, y además de enriquecer la narración, te echas unas risas.
Y esto es todo. Creo que he dicho todo lo que quería decir. Si alguien se anima a leer estos libros (además, cuenta con uno de los mejores finales de trilogía que he leído ahí lo dejo) ojalá le gusten y tenga una opinión parecida a la mía, pero sobre todo, que disfrute con la lectura y las constantes pullas entre Bartimeo y Nathaniel, son memorables ;)
Hola, mi amor ^^
ResponderEliminarJe, a ver si algún día los leo, que tienen buena pinta, y a ti te encantan, que ya me lo ha dicho varias veces xD Me hace gracia lo de "niñato", "mocoso"... xDD
Besazos, mi pequeñaja ^^
¡Holaaa! Totalmente de acuerdo contigo, es super recomendable y las notas sarcasticas lo mejor jajaja.
ResponderEliminarBesos!
A mi me encanto el primero *O* los tengo pendientes el resto a ver *O*
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