Título: La chica del lago
Autor: Steph Bowe
Saga: Libro único
Saga: Libro único
Editorial: Montena
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Precio: 15,95 €
Número de páginas: 236
Sinopsis: Una historia sobre el verdadero amor, el poder de la amistad...y los enanitos que habitan todos los jardines...
Opinión personal: Éste es de los pocos libros que he leído que no trata sobre nada sobrenatural. Y he de decir que me ha gustado mucho.
Los dos adolescentes protagonistas (Jewel y Sasha) han sufrido mucho, y al encontrarse accidentalmente o gracias al destino, irán descubriendo cómo afrontar la vida que les ha tocado vivir. Aun así, no están completamente solos, pues cada uno cuenta con distinto apoyo.
A lo largo de la novela nos encontramos situaciones de todo tipo, algunas más dramáticas dada la historia, y otras más cómicas (ejemplo ¡liberemos a la langosta!). Gracias a ello, la historia tiene un toque verosímil, ya que no todo en la vida es tristeza o alegría, sino que es un conjunto.
En el caso de los personajes, su vida se ve trastocada de forma abrumadora, pero no por eso deben renunciar a encontrar la alegría y/o el amor, la amistad... si se toca fondo, sólo se puede subir.
Se podría decir que Jewel y Sasha se salvan mutuamente, en un sentido más literal y en un sentido más filosófico.
La narración, en 1ª persona, se divide en varios capítulos cortitos, alternando el punto de vista de cada protagonista. Así iremos conociendo poco a poco tanto a Jewel como a Sasha y las circunstancias pasadas y presentes que les rodean.
El libro es bastante ágil y con un lenguaje cercano, sin miramientos. Es uno de los motivos por los que se logra conectar tanto con los personajes, o al menos en mi caso; la manera de hablar, las expresiones utilizadas... hacen de cada momento y cada locura, situaciones en las que podríamos ser nosotros los partícipes.
Sin embargo, el final me pareció un poco abrupto, eché en falta un par de páginas más; me dio la impresión de haber terminado un capítulo y no el libro. No es que fuera un mal final, sino que te deja con la sensación de que falta un poco para rematar la historia.
Aun así, se trata de un final cerrado y autoconclusivo.
En definitiva, La chica del lago es una lectura ligera, pero no por ello carente de trasfondo, que nos ofrece una visión del mundo en la que hay lugar para rendirse, caerse, levantarse y aprender. Nos anima a no olvidar las malas experiencias o malos recuerdos, y a explotar los buenos momentos. Y nos recuerda que hay que guiar nuestros pasos hacia la esperanza y que, ante todo, la vida sigue.
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